¿Somos capaces de respetar nuestras propias opiniones o elecciones frente a los demás o sin embargo se nos dificulta poder defender nuestras posturas frente a otros y decir que no?
Si alguna vez te has hecho alguna de estas preguntas o te has sentido identificado/a es probable que tengas dificultades a la hora de poner límites.
A veces ante peticiones con las cuales no estamos de acuerdo y queremos rechazar (por ejemplo, si me piden ayuda unos compañeros para finalizar una tarea pero no puedo, no me apetece o no lo creo adecuado) aparecen miedos que nos coaccionan para acceder a pesar de nuestro malestar. El sentir que podemos deteriorar la relación, que pueda cambiar la imagen que esa persona tiene sobre nosotros y nosotras o el sentirme culpable al negarme, son algunos de los miedos e inseguridades que intervienen a la hora de poder poner límites.
Algunas de las razones que nos llevan a no poder establecer nuestro limites son las siguientes:
- Sentimos miedo al conflicto o a la reacción de la otra persona ante nuestro limite.
- Sentimos miedo por un posible rechazo y/o abandono
- En ocasiones, las posibles reacciones negativas de rabia y enfado nos pueden causar malestar y confusión a la hora de manejarlas.
- En muchas ocasiones una baja autoestima dificulta que podamos considerar nuestras opiniones o deseos como validos y tendemos a no defender o expresar nuestras ideas, deseos o necesidades frente a las de los demás. Interpretamos que no son tan importantes
- Tenemos un sentimiento de responsabilidad extremo, donde creemos ser capaces de poder encargarnos de todo dejando de lado nuestras necesidades.
Si no ponemos limites, como consecuencia aprendemos que nuestras necesidades, emociones, deseos u opiniones no son tan importantes como las de los demás, y nos costará llegar a diferenciarlas. También es posible que aparezcan sensaciones de descontrol con nuestra vida, ya que son otros los que terminan tomando decisiones por ti, lo que puede provocar dependencia emocional, dificultad para diferenciar lo que quieres de lo que no, y sentir que tu espacio personal es muy escaso o inexistente.
La importancia de poner límites radica en poder encontrar un equilibrio entre diferentes factores, en primer lugar debemos poder conocernos a nosotros mismos y escucharnos, saber qué es lo que queremos, necesitamos o rechazamos, y de donde proceden estos estilos de comunicación y esquemas mentales (experiencias previas, historia familiar, miedos, inseguridades…). De esta forma podemos mejorar también nuestra autoestima y poder llegar a mantener relaciones sanas y equilibradas basadas en la igualdad.
¿Como podemos comenzar a establecer límites?
- Di “NO” cuando quieras hacerlo. Es compatible querer, compartir o procurar ayuda con el establecimiento de límites personales y con la delimitación de un espacio de intimidad personal.
- Identifica situaciones de tu día a día en las que sientas que el otro cruza determinadas líneas que preferirías que no atravesara y reconoce internamente cómo te sientes.
- Intenta utilizar un estilo de comunicación asertivo. Trata de decir lo que piensas o sientes con respeto pero con firmeza, de una manera clara y directa, utilizando el “yo”. Intenta ser congruente contigo mismo/a, con el tiempo ganaras te iras respetando más y mejorando tu autoestima. y p
- Toma tus propias decisiones. No esperes la aprobación o el mandato de un tercero para poder hacer algo. Las opiniones o consejos de los demás pueden importarnos pero no significa que los debamos aceptar.
- Empieza con pequeñas acciones. Como cualquier habilidad nueva, aprender a poner límites requiere de práctica. Por tanto, empieza estableciendo límites menos desafiantes para ti mismo/a y ve increméntalos poco a poco.
Al inicio es posible que sientas culpa o preocupación pero es natural, estas modificando tus patrones relacionales, lo que implica un esfuerzo y un desarrollo emocional. Se paciente y bueno/a contigo mismo/a.
Busca ayuda profesional si siente que necesitas apoyo, detrás de las dificultades para poner límites pueden encontrarse otras dificultades o dinámicas ocultas.